miércoles, 22 de abril de 2009

LA APOSTASÍA GANA ADEPTOS EN EUROPA


Según la londinense National Secular Society (NSS) más de 100.000 británicos han descargado de internet un "certificado de apostasía" para renunciar públicamente a su fe cristiana.
La iniciativa de esta asociación comenzó hace 5 años para ridiculizar la práctica de bautizar a niños demasiado jóvenes para poder consentirlo conscientemente. Su web invita a "liberarse del pecado original que nunca tuvimos" y a descargarse un "Certificate of Debaptism" para rechazar "la creencia en el bautismo y otras supersticiones similares".

En los últimos meses, se ha producido una avalancha de descargas y los organizadores aseguran haber producido una reacción en cadena entre los ateos y los creyentes que ven a la Iglesia como una institución anticuada y poco adaptada a la vida moderna. Terry Sanderson, presidente de la NSS, afirma que "las iglesias han llegado a ser tan reaccionarias y a estar tan politizadas que muchos no se conforman ya con mostrar su indiferencia y han pasado a ser activamente hostiles".

La campaña es tan popular -con cerca de 1.000 descargas semanales- que la NSS ha comenzado a ofrecer certificados impresos a 3,50€ cada uno y, en tan solo 3 semanas, ha vendido 2.000. Cada metedura de pata del Papa, Benedicto XVI, en alguno de sus discursos, desata una ola de peticiones de certificados, lo cual sucede con cierta asiduidad. El pico de visitas de la web tuvo lugar a raíz de las retrógradas e injustificables declaraciones del Papa diciendo que el preservativo no sólo no soluciona el problema del SIDA sino que además aumenta los problemas.
Incluso miembros de otras religiones como la judía o la islámica han recurrido a la NSS para lograr apostatar de su fe. La asociación está estudiando ofrecer también certificados de apostasía de otras religiones.

Probablemente para la NSS esto es sólo un gran negocio. Sin embargo, su éxito da una idea de la dirección que pueden tomar las relaciones entre los "creyentes" y sus respectivas religiones en las próximas décadas. En especial en Europa, el anticlericalismo es creciente y cada vez más militante. Y España es buena prueba de ello. Ahora también lo es el Reino Unido.

Por el verdadero laicismo del Estado.










domingo, 12 de abril de 2009

ÚLTIMO PARTE DE GUERRA DE FRANCO O EL FIN DEL SUEÑO REPUBLICANO DE HACE 70 AÑOS


"En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las Tropas Nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1º de Abril de 1939. Año de la Victoria. El Generalísimo Franco".

Esta fue la redacción final del famoso último parte de guerra, llamado "Parte de la Victoria" -del mismo modo que la última acción militar se llamó "Ofensiva de la Victoria"-, tras pasar por varias manos, en palabras del historiador Julio Aróstegui. Su primera versión, como se aprecia en la fotografía, decía: "En en día de hoy, después de haber desarmado a la totalidad del Ejército Enemigo rojo, han alcanzado las fuerzas Nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado". Esta primera versión se atribuye al teniente coronel Barroso y Sánchez Guerra, jefe de Operaciones del Cuartel General, según su testimonio. El propio Franco modificó algunos de sus términos, añadiendo los famosos epítetos "desarmado y cautivo" y sustituyendo "fuerzas" por "tropas" nacionales.

El texto final fue firmado por Franco, reproducido cientos de veces a ciclostil (aparato copiador que usa una tinta especial sobre una plancha gelatinosa en la que Franco marcó su firma con un punzón) y repartido a autoridades e informadores. El propio Barroso se encargó de llevar el escrito a la que había sido Radio Castilla hasta hacía unos días y ahora era Radio Nacional de España. Desde sus micrófonos, el parte fue leído a las 11 horas y 15 minutos de la noche por un locutor de voz engolada, célebre desde entonces, Fernando Fernández de Córdoba.

El contenido militar del parte es pura y rancia hagiografía. Su importancia estriba en la declaración oficial del final de la guerra y en su fuerte efecto propagandístico. Desde el principio de la sublevación, Franco y sus secuaces se habían negado a utilizar el término "República" para referirse al bando gubernamental y legítimo. De ahí que se hable de un "Ejército rojo", lo que prueba la infantil pretensión de Franco, anticomunista visceral, de haber derrotado al comunismo mundial. De otra parte, la denominación de "Año de la Victoria" era la culminación de la falaz nomenclatura de los textos oficiales del franquismo que habían venido designando como "Año Triunfal" los años 1936, 1937 y 1938.
Aunque las operaciones militares habían terminado días antes, el parte se fechó y difundió en un día que se prestaba a su fácil ubicación cronológica a efectos de su posterior conmemoración y fue el único parte de toda la guerra firmado de puño y letra de Franco.

De hecho, tras la entrada en Barcelona, el 26 de enero de 1939, el avance franquista fue ya inexorable. Continuó en territorio catalán hasta la frontera con Francia, con lo que a la República sólo le quedaba la llamada "Zona Centro" desde Madrid a la costa mediterránea (la región valenciana, Alicante, Murcia, parte de la Castilla del Sur y la zona más oriental de la región andaluza.
En febrero, sólo hubo operaciones militares menores, como Córdoba o Menorca. En marzo, la atención quedó concentrada en Madrid, donde el día 5 se produjo la rebelión del coronel Segismundo Casado, jefe del Ejército del Centro, contra el Gobierno de la República de Negrín de la que surgió la Junta de Defensa Nacional. Su descabellado intento de "negociar" una paz con Franco acabó en el estrepitoso fracaso que cabía esperar. Descartada cualquier otra opción que no fuera la rendición incondicional de la República -la cual nunca llegó a materializarse en acto oficial alguno que no fuera el intento del propio Casado-, las tropas franquistas entran en Madrid el 28 de marzo, sin encontrar resistencia.
El último acto, se produjo en el puerto de Alicante, cuando las tropas italianas al servicio de Franco impidieron a la masa de combatientes y dirigentes republicanos huir en los buques extranjeros preparados a tal efecto.

Historia de España, olvidada por muchos, repudiada por otros tantos y ni siquiera conocida para la mayoría de los españoles de menos de 35 años. Recordada, sin embargo, por algunos, que añoramos la República, con sus errores y sus aciertos. Y seguirá latente hasta un renovado y futuro "Pacto de San Sebastián".

Salud y República.