lunes, 27 de octubre de 2008

PRESENTACIÓN DE ÍCARO


Amigos míos. 
Dado que vamos a ser compañeros de viaje en este vuelo sobre las nubes, no estará de más que nos conozcamos.
Mi nombre es Ícaro, hijo de Dédalo y una esclava de Minos. Mi padre fue ingeniero, inventor y arquitecto de fama. Los celos le hicieron matar a su aprendiz, que amenazaba con superar su genio, y fue condenado al exilio de Atenas. Se refugió en Creta, en la corte del rey Minos, donde yo nacería. 
Allí, para complacer a la reina Pasífae, inflamada de deseo hacia el prodigioso toro que Poseidón había ofrecido al monarca, mi padre ideó un ingenioso artefacto consistente en una vaca de madera recubierta de cuero, gracias al cual la reina, escondida en su interior, pudo unirse al animal. De esta unión nació el Minotauro, monstruo de cuerpo humano y cabeza de toro. A petición de Minos, Dédalo construyó un intrincado laberinto donde el monstruo quedó confinado.
El rey cretense exigía anualmente a los atenienses un tributo humano, un desdichado jóven que acabaría siendo devorado por el Minotauro. Teseo, se ofreció voluntario y consiguió matar al monstruo. Sin embargo, para salir del laberinto necesitó la ayuda de Ariadna, hija de Minos, enamorada de él y a quien mi padre proporcionó el ovillo de hilo que mostraría a Teseo la salida. La princesa huyó con él, aunque el voluble héroe no tardó en abandonarla.
Minos, furioso con mi padre, nos encerró a él y a mí en el laberinto. Entonces, construyó unas alas enormes hechas con cera y plumas. Bien fijadas a la espalda y los brazos de ambos, logramos huir del horrible laberinto. Mi padre me dijo que no volara demasiado bajo, porque la espuma del mar mojaría mis alas. Pero me advirtió que tampoco volara demasiado alto, ya que entonces el calor del sol derretiría la cera de la que estaban hechas.
Sin embargo, el orgullo me impulsó a la desobediencia. Embriagado por el poder que me conferían las alas, quise acercarme un poco al sol, quise verlo de cerca. Sentía una especie de atracción insuperable. Y tanto me acerqué que la cera de mis alas se fundió y, ¡Oh, imprudente de mí!, me precipité al mar Egeo y mi padre contempló cómo me ahogaba ante sus ojos. Él logró llegar, sano y salvo, a Sicilia, a la corte del rey Cocalos.
Fui engullido por el mar por querer ir más allá de lo razonable, más allá de lo lógico, siempre más allá. Quise creer que tocaría el sol y viviría para contarlo. Y aunque no lo conté, otros lo hicieron por mí. Otros hablaron de mi hazaña y siguen hablando hoy.
Soy Ícaro, hijo de Dédalo, y toqué el sol con mis manos de mortal. ¿Qué has hecho tú que merezca la pena ser contado? 
Aún tienes tiempo. 
Hazlo.
ÍCARO.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya comienzo, amigo. Ha caido en mis manos tu blog por un amigo y me encanta lo que has escrito. Siempre he querido saber mitologia pero nunca he sabido donde informarme.
Ojala sigas colgando posts sobre ese tema.
Saludos. Fernando.

Libertad Martínez dijo...

Efectivamente, Alex, vaya comienzo¡¡¡¡
Genial, yo también espero que escribas mucho y amenudo.
Y como dice Fernando, me gusta la mitología y la historia, pero también me va a gustar que hables sbre política, que de eso también sabes mucho. Un saludo.

Alex de la Viuda dijo...

Gracias Fernando. El siguiente habla de la historia de Roma. Te gustará. Y no te preocupes Liber que habrá posts sobre política. Antonio me ha dicho lo mismo hace un rato. Pero no sólo de política vive el hombre -afortunadamente, añadiría yo-. Abrazos.

Libertad Martínez dijo...

Alex, dice mi hija que recientemente ha salido una información de que Dédalo nunca salión de Creta porque le daba mucho miedo el mar, y dice que hay algunos que andan destrozando la mitología, ¿tu que sabes de eso?
Y yo sólo digo que alguna vez hables de política, pero poco, que hay muchos temas muy interesantes en la vida, aunque ya sabes que casi todos tienen que ver con ella.
Besos.

Alex de la Viuda dijo...

No sé en qué se basan esas informaciones de las que habla tu hija, pero prefiero remitirme a las fuentes realmente fidedignas:
Virgilio, poeta romano del siglo I a. C. y guía de excepción de Dante en su "Divina Comedia", habla de Dédalo en la "Eneida", VI, diciendo que "se lanzó al cielo con plumas veloces".
Ovidio, poeta romano que vivió entre los siglos I a. C. y I d. C., cuenta la historia de Dédalo y su hijo Ícaro en las "Metamorfosis", VIII, obra en 15 volúmenes que recoge leyendas mitológicas. En ella, deja deducir que Dédalo no volvió a salir de Sicilia tras la muerte de su hijo.
Apolodoro de Atenas, gramático e historiador griego del siglo II a. C., cuenta en su "Biblioteca mitológica", I-III, el asesinato del sobrino de Dédalo, su destierro, los servicios al rey Minos y a la princesa Ariadna y la construcción del laberinto.
Pausanias, geógrafo e historiador griego del siglo II a. C., en la "Descripción de Grecia", IX, describe la biografía de Dédalo y el vuelo con Ícaro, y también sugiere que permaneció hasta su muerte en Sicilia.
Incluso en la "Ilíada", XVIII, Homero menciona el laberinto construido por Dédalo para encerrar al Minotauro.
En definitiva, todas las fuentes griegas y romanas cuentan de manera clara el mito de Dédalo y su hijo Ícaro, y en ninguna de ellas se habla de que Dédalo tuviera miedo al mar o al agua. Todas coinciden en que ambos salieron de Creta sobrevolando el agua. Y teniendo en cuenta que de Creta a Sicilia (puntos entre los que el mito dice que Dédalo viajó volando) hay unos 1.000 kilómetros, parece poco probable que hubiera siquiera pensado en tal viaje si el agua le diera miedo. Otra cosa es que se pueda elucubrar que, tras la muerte de su hijo en el mar, Dédalo no tuviera gran simpatía por el océano.
Lo principal es que este es un mito precioso (como la mayoría de ellos) y, como mito, es poco realista. Sin embargo, ilustra la gran potencialidad de las capacidades humanas. Los mitos son para disfrutarlos, no para refutarlos con razonamientos obvios que pocos de ellos aguantarían. Los mitos no son lógicos, son bellos.

Libertad Martínez dijo...

Efectivamente tienes mucha razón los mitos, son eso, mitos y son como son.
Pero es que como a Itziar le encanta todo esto, y además le encanta debatir, por eso te hacíamos la pregunta, por si en algún lugar esa historia hubiera sido contada de otra forma.
Nos ha encantado tu explicación. Jo que bueno eres y cuanto sabes.
Pensamos seguir exprimiéndote que lo sepas.

Anónimo dijo...

Nunca había leído una explicación tan clara de un mito (la entrada y sobre todo el comentario). ¿Eres experto en mitología? Si es así, me gustaría preguntarte cómo es posible meter tantas cosas en la cabeza y decirlas tan bonitas. En fin que seguiré leyendo tu blog, seguro!!

Alex de la Viuda dijo...

Estimado Rafa, por desgracia no soy ningún experto. Tan sólo soy aficionado a la historia. Sin embargo, en la medida de mis posibilidades, me gusta saber cosas. Y, también en lo posible, transmitirlas a mis amigos.

Qué bien que os haya gustado, Liber. Me halagan mucho vuestras palabras y me animan a seguir publicando mis cosas.
Y prometo escribir, después de la Asamblea Regional, mi primera entrada sobre nuestra querida política. ¡Que ya es hora!.

Besos.