jueves, 15 de enero de 2009

¿SOBREVIVIRÁ ISRAEL AL ASALTO DE GAZA?


A medida que las tropas israelíes avanzan sobre la ciudad de Gaza, los jefes de la expedición se enfrentan a un peligroso dilema: ¿Hasta dónde avanzar en el intrincado laberinto de campos de refugiados y casas derruidas? 
Cada día que pasa, la operación militar de Israel contra Hamas aumenta en riesgos y en costes: riesgo de perder toda opción de resolución del viejo conflicto árabe-israelí; riesgo de convertir el holocausto nazi en algo apenas recordado; y coste por la pérdida de vidas de civiles palestinos y de la dignidad humana. Muy probablemente jamás recupere el pueblo judío la altura moral de la que hacían gala sus antiguos reyes.

La interrogación del título no es una errata. Que Gaza resistirá el ataque israelí es evidente. La pregunta es si Israel resistirá en los próximos años la pujanza incontenible del colectivo árabe. La ofensiva en Gaza puede mermar la capacidad de Hamas para amenazar el sur de Israel, pero, tal y como ocurrió en 2006 con la guerra israelí contra Hizballah en Líbano, la utilización de la fuerza no acabará con el fervor ideológico de sus militantes. Máxime cuando el ataque surge de un fervor religioso similar por parte de los judíos. Antes bien, la furia antisemita se propagará por la región más de lo que ya lo está.

En algún punto, Israel deberá elegir entre vivir junto a un Estado Palestino independiente o ver al pueblo judío convertido en una minoría dentro de su propia tierra. No son pocos los judíos que, teniendo en mente el abrumador aumento demográfico de la población árabe en la franja de Gaza, empiezan a pensar en el abandono del sueño bíblico de una Gran Israel extendiéndose desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Temen que aferrarse a la obsesión de conquistar Gaza y Cisjordania, como rezan los religiosos sionistas, sea el fin de su pueblo.

En muchos aspectos, Israel actúa como Estados Unidos. Realiza la cura antes de recibir el golpe. Y, a pesar de autodefinirse como el país más democrático de Oriente Medio, su poderío militar le lleva a mofarse de las resoluciones de una ONU inefectiva, incapaz y bloqueada por los intereses filojudíos.

Harakat al-Muqáwama al-Islamiya es una organización nacionalista islámica radical, declarada organización terrorista por medio mundo. Sin embargo, nadie que se tome el tiempo de realizar una simple operación mental lógica puede rechazar el derecho del pueblo palestino a constituirse como Estado.

La guerra preventiva sólo trae consigo pérdida de vidas humanas. Y tal y como acabó la invasión del Líbano acabará la invasión de Palestina: miles de muertos, Hamas enseñando el culo a los tanques israelíes, al estilo de William Wallace frente a los ingleses, y, en el cuerpo, más miedo que vergüenza. 

Por esos miles de muertos, gritemos por el fin de la invasión del pueblo palestino y por la paz entre árabes y judíos.


2 comentarios:

Daniel Martinez dijo...

Esa foto dice, dejen de pelear y no deja de patearle la cabeza a este que llevas 70 años torturando.
No me gusta.

Alex de la Viuda dijo...

Las cosas no son blancas o negras.
Estoy de acuerdo en que quien tiene que parar esta masacre es Israel, que es quien la está cometiendo. Pero ambos pueblos han vivido en diferentes épocas del pasado en esta zona y creo que, excepto la religión y la lengua, existen muchas cosas que les pueden unir.
La solución adecuada no me parece armar a Palestina para que se defienda de igual a igual, sino convencer a Israel (con la fuerza si es preciso) de que deben buscar la paz y, por tanto, renunciar a parte de sus exigencias en aras de la convivencia pacífica.
Esta foto dice: "Quiero un final como este". Y es lo que quiero.